Información sobre la cotorra argentina
La cotorra argentina (Myiopsitta monachus) es una especie de ave exótica invasora que ha experimentado un crecimiento exponencial en zonas urbanas en las últimas décadas. Mide entre 28 y 30 cm y destaca por su color verde intenso, pecho grisáceo y su capacidad para construir grandes nidos comunales de ramas, únicos entre los psitácidos. Su elevada adaptabilidad, comportamiento gregario y facilidad para explotar recursos urbanos la han convertido en una especie problemática cuya presencia genera molestias, daños materiales y riesgos asociados a la salud pública y la seguridad.
Algunos datos importantes sobre la cotorra argentina
- Ciclo biológico
- Hábitats más frecuentes
- Problemática sanitaria
- Calendario de Afectación
- Tabla resumen de características
La cotorra argentina es una de las pocas especies de psitácidos capaces de construir nidos de grandes dimensiones, formados por complejas estructuras de ramas que pueden albergar múltiples cámaras y parejas reproductoras. Estos nidos, que pueden superar los 50 kg de peso, se instalan en árboles altos, torres de iluminación, estructuras eléctricas y elementos urbanos que ofrecen soporte estable.
Su comportamiento altamente social favorece la formación de colonias, activas durante todo el día y muy ruidosas. Se comunican mediante vocalizaciones estridentes y constantes, lo que incrementa el nivel de molestias en entornos residenciales, parques y zonas de paso. Sus capacidades cognitivas y su dieta generalista hacen que sea una especie muy adaptable.
La cotorra argentina muestra una gran tolerancia a la presencia humana y un notable éxito reproductivo, pudiendo criar varias veces al año en climas templados. Su expansión se ve favorecida por la disponibilidad de alimento, la ausencia de depredadores naturales y su habilidad para competir con aves autóctonas por recursos y espacios de nidificación.
Ciclo biológico
El ciclo biológico de la cotorra argentina se caracteriza por una reproducción prolongada en zonas urbanas de clima templado, que le permiten adelantar o alargar la temporada de cría. Las parejas reproductoras ocupan una de las cámaras internas del nido comunitario y comienzan la puesta entre finales de invierno y comienzos de primavera.
Cada puesta ser de entre 4 y 8 huevos que la hembra incuba durante casi tres semanas. Durante este tiempo, el macho aporta alimento y defiende la entrada de la cámara. Cuando nacen los polluelos, ambos progenitores participan en la alimentación intensiva, basada en semillas, frutos, brotes tiernos y restos orgánicos de entornos humanizados.
Los polluelos abandonan el nido tras unas seis semanas, pero permanecen integrados en el grupo familiar durante un tiempo, aprendiendo rutas de alimentación y comportamiento social. La especie alcanza la madurez sexual en su primer año, lo que contribuye al rápido incremento poblacional y a la consolidación de colonias estables en parques, avenidas arboladas y zonas residenciales.
Hábitats más frecuentes
- Parques urbanos y jardines públicos: espacios con arbolado maduro donde encuentran alimento abundante, refugio y puntos elevados para instalar sus nidos comunitarios de gran tamaño.
- Avenidas arboladas y zonas residenciales: se adaptan bien a árboles ornamentales y alineaciones urbanas, aprovechando la estabilidad estructural para construir nidos y establecer colonias permanentes.
- Infraestructuras altas (torres, antenas, alumbrado público): utilizan estructuras como torres, antenas o alumbrado a modo de soporte donde los nidos quedan protegidos de depredadores y tienen buena visibilidad del entorno.
- Áreas agrícolas periurbanas: acuden a cultivos con semillas y frutos accesibles, especialmente maíz, girasol y huertos, lo que favorece la expansión de la especie y los conflictos con la actividad agraria.
Problemática con la cotorra argentina

La cotorra argentina genera muchos problemas debido a su gran capacidad de adaptación y expansión en entornos urbanos. El gran peso de sus nidos representa un riesgo estructural cuando se instalan en árboles debilitados, postes eléctricos o infraestructuras altas, provocando roturas de ramas, interferencias en redes de suministro e incluso cortes eléctricos. También provocan molestias acústicas zonas residenciales por su elevada actividad vocal, especialmente en parques y patios interiores.
En el ámbito ambiental y económico, esta especie compite de forma directa con aves autóctonas desplazando a especies menos agresivas. Su dieta omnívora y oportunista también genera daños en cultivos de semillas, frutas y huertos, afectando a explotaciones agrarias cercanas a núcleos urbanos. La combinación de daños materiales, impacto ecológico y molestias continuadas hace necesario un control profesional y planificado de sus poblaciones.
Problemas asociados a su presencia y actividad
La cotorra argentina en áreas urbanas y periurbanas implica un impacto en infraestructuras, salud pública y biodiversidad. Su comportamiento gregario y su capacidad de modificar el entorno generan situaciones que requieren una gestión especializada.
- Riesgos estructurales en árboles e infraestructuras: sus grandes nidos incrementan la probabilidad de caída de ramas y afectan a postes eléctricos, torres de telecomunicaciones y estructuras elevadas.
- Competencia con fauna autóctona: desplazan a aves locales como gorriones, mirlos o cotorras autóctonas, monopolizando recursos alimentarios y espacios de nidificación.
- Daños agrícolas y consumo de cultivos: su dieta flexible incluye fruta, semillas y brotes, lo que ocasiona pérdidas en huertos urbanos, zonas agrícolas próximas y árboles frutales de parques.
- Impacto acústico y molestias en entornos residenciales: los dormideros comunales de cotorra argentina producen niveles elevados de ruido, especialmente al amanecer y al anochecer, afectando al descanso de los vecinos y a la calidad ambiental del entorno.
Plagas de cotorra argentina: calendario de actividad
La actividad anual de la cotorra argentina está marcada por la temperatura, la disponibilidad de alimento y sus periodos de cría y mantenimiento de nidos. Aunque está activa durante todo el año, tiene picos de reproducción, construcción de nidos y movimientos grupales. Conocer esta estacionalidad permite anticipar problemas y planificar actuaciones de control más eficaces.
Ficha técnica completa de la cotorra argentina
| Parámetro | Detalle |
|---|---|
| Identificación morfológica | |
| Nombre común | Cotorra argentina, cotorra monje |
| Nombre científico | Myiopsitta monachus |
| Tamaño | Longitud aproximada de 28–30 cm, incluyendo la cola larga y puntiaguda. |
| Peso | Entre 90 y 140 g por ejemplar adulto, según sexo y condición física. |
| Color | Plumaje verde intenso, pecho y cara grisáceos, vientre verdoso claro y tonos azulados en las alas y la cola. |
| Desplazamiento | Vuelo rápido y directo, en bandos ruidosos que se desplazan entre árboles, parques y tendidos eléctricos. |
| Marcas distintivas | Cabeza y pecho grises con “babero” claro, voz muy estridente y grandes nidos de ramas visibles a distancia. |
| Dimorfismo | Machos y hembras con aspecto muy similar; el dimorfismo sexual es poco evidente a simple vista. |
| Biología y ciclo | |
| Longevidad adulto | En libertad puede vivir varios años, con longevidades de 6–10 años o más en condiciones favorables. |
| Reproducción | Especie colonial: múltiples parejas crían en un mismo nido comunitario, con puestas de 4–8 huevos por pareja y temporada. |
| Puesta e incubación | La incubación dura unas 3–4 semanas; los pollos permanecen en el nido varias semanas más hasta emplumar por completo. |
| Comportamiento reproductor | Refuerzan y amplían el nido año tras año, creando estructuras muy voluminosas con múltiples cámaras y entradas. |
| Ecología y comportamiento | |
| Actividad | Principalmente diurna; muy activa al amanecer y al atardecer, con fuerte vocalización y movimientos en grupo. |
| Hábitat preferido | Parques, avenidas arboladas, jardines, zonas periurbanas y entornos agrícolas con árboles altos para nidificar. |
| Alimentación | Granívora y frugívora: consume semillas, frutos, brotes, pienso de aves y restos de comida en entornos urbanos. |
| Impacto sanitario y detección | |
| Riesgos para la salud | Acumulación de heces y restos bajo dormideros, con riesgo de contaminación, malos olores y posibles alérgenos y patógenos. |
| Indicios de presencia | Bandos ruidosos, grandes nidos de ramas en copas y estructuras, restos de material vegetal y abundantes excrementos en el suelo. |
| Zonas típicas de refugio | Nidos voluminosos en palmeras, pinos, torres de iluminación, campanarios, estructuras metálicas y tendidos eléctricos. |
| Prevención y control | |
| Prevención básica | Evitar alimentarlas, gestionar correctamente residuos y restos de comida, y limitar puntos atractivos de nidificación en zonas sensibles. |
| Monitorización | Censos de dormideros y colonias, seguimiento de nidos y registro de daños en zonas verdes y cultivos cercanos. |
| Tratamiento profesional | Planes integrados que pueden incluir gestión y retirada controlada de nidos, medidas disuasorias y coordinación con administraciones competentes. |
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