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🐝 Abeja de la Miel: características y control

25 agosto, 2022

La abeja de la miel (Apis mellifera) es un insecto clave para la polinización y la biodiversidad. Aunque no se considera una plaga, su presencia en entornos urbanos puede generar riesgos. Conocer su biología, su papel en el ecosistema y las medidas de gestión responsables es esencial para proteger tanto a las abejas como a la salud pública.

abeja de la miel

Abeja (apis mellifera)

La abeja de la miel (Apis mellifera) es una de las especies de abejas más conocidas y estudiadas a nivel mundial. Se trata de un insecto social perteneciente a la familia Apidae, cuyo papel es esencial en la polinización de cultivos y plantas silvestres. Su distribución abarca prácticamente todos los continentes, ya que el ser humano la ha criado y trasladado debido a su enorme valor agrícola y económico. Se estima que alrededor del 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización de las abejas, lo que convierte a esta especie en un pilar de la seguridad alimentaria y de la biodiversidad.

En cuanto a su morfología, la abeja de la miel presenta un tamaño que oscila entre 10 y 15 milímetros en las obreras, siendo estas la casta más numerosa dentro de la colmena. Su coloración característica combina tonos marrón rojizo con bandas amarillentas y negras, que cumplen una función de advertencia frente a depredadores. Las antenas, cabeza y patas son de color oscuro, y cumplen roles fundamentales en la comunicación química y en la recolección de néctar y polen. Aunque a menudo se confunde con otros insectos como las avispas, la abeja de la miel se diferencia por su carácter menos agresivo y por la presencia de vellosidades que facilitan la captura del polen durante sus vuelos.

¿Son un peligro las abejas?

Abeja 🐝 Abeja de la Miel: características y control

En general las abejas no acostumbran a ser un insecto problemático.

En sí no es un tipo de insecto considerado plaga, sin embargo en el ámbito urbano y en los núcleos de población un enjambre puede llegar a representar un peligro para las personas, por esa razón se debe llevar a cabo una gestión adecuada de este insecto.

No debemos olvidar que la abeja es un insecto protegido, y por tanto está completamente prohibida su eliminación o la destrucción de sus panales y/o colmenas

Algunos datos interesantes sobre la abeja de la miel

La abeja de la miel (Apis mellifera) es un insecto social clave para la polinización y la productividad agraria. Aunque no suele considerarse una plaga de abejas, en entornos urbanos la presencia de enjambres puede requerir gestión profesional y respetuosa para proteger a las abejas y a las personas.

A continuación tienes un cuadro-resumen con datos técnicos y operativos útiles para identificación, manejo responsable y divulgación.

Parámetro Detalle Rango / Valores Observaciones
Nombre común Abeja de la miel Especie más utilizada en apicultura.
Nombre científico Apis mellifera Orden Hymenoptera, familia Apidae.
Tamaños Obrera / Reina / Zángano 10–15 mm / 18–22 mm / 15–17 mm La obrera es la casta más abundante.
Vida media Reina / Obrera (verano–invierno) 4–5 años / 4–6 semanas (hasta 4–6 meses en invierno) La longevidad varía según estación y carga de trabajo.
Hábitat Bosques, mosaico agrario y zonas periurbanas Europa y regiones templadas Alta plasticidad ecológica; colmenas naturales y manejadas.
Coloración Marrón-negruzco con bandas amarillas Variación por subespecies Vellosidades facilitan la captura de polen.
Época de actividad Primavera–otoño Vuelos +12–14 °C; pico en verano Actividad condicionada por temperatura y floración.
Alimento Néctar, polen, agua, miel y propóleos El polen aporta proteínas; el néctar, carbohidratos.
Depredadores Aves insectívoras, avispas, arácnidos También afectada por parásitos (p.ej., Varroa destructor).
Comportamiento Social eusocial (castas) Reina, obreras, zánganos Comunicación por “danza” para indicar fuentes de alimento.
Reproducción Postura de huevos por la reina 16 d (reina) / 21–24 d (obrera, zángano) Duraciones aproximadas desde huevo a adulto.
Rol ecológico Polinizador clave Alta relevancia agrícola y silvestre Favorece biodiversidad y rendimiento de cultivos.
Riesgo sanitario Picadura (alergias) Bajo en general Gestionar enjambres en ciudad con personal especializado.
Protección y normativa Protección general; prohibida su eliminación Excepciones reguladas Priorizar rescate/traslado de enjambres con apicultores.
Gestión urbana Retirada ética de enjambres Apicultores / servicios profesionales Evitar tratamientos químicos; enfoque de conservación.

Biología y problemática

La biología de la abeja de la miel está basada en una organización eusocial con castas diferenciadas: la reina (reproducción), las obreras (recolección, cría, defensa) y los zánganos (fecundación). Este sistema, junto con la comunicación por “danzas” y señales químicas, permite optimizar la búsqueda de alimento y la supervivencia de la colonia.

En el ámbito urbano, no se considera una plaga de abejas; sin embargo, enjambres temporales en fachadas, árboles o huecos de edificios pueden generar riesgos (especialmente en personas alérgicas). La gestión responsable consiste en señalizar, no molestar y solicitar retirada y reubicación por personal cualificado, evitando biocidas que perjudiquen a la especie y al ecosistema.

La abeja común en España y Cataluña

que es la miel verdemiel 🐝 Abeja de la Miel: características y control

En España y Cataluña, Apis mellifera está ampliamente distribuida en mosaicos agrarios, bosques mediterráneos y áreas periurbanas, donde encuentra floraciones escalonadas a lo largo del año (romero, tomillo, brezos, cítricos, frutales, entre otras).

Históricamente, la apicultura ha tenido un peso cultural y económico significativo desde época romana y medieval, con una evolución reciente marcada por la modernización de colmenares, la movilización trashumante y retos como parásitos, pérdida de hábitat, pesticidas y cambio climático. En las últimas décadas se han reforzado iniciativas de conservación y manejo sostenible para proteger a las abejas y, con ellas, los servicios de polinización esenciales para la biodiversidad y la producción agraria.

Ciclo Biológico de la Abeja de la miel

La abeja de la miel (Apis mellifera) presenta un ciclo biológico complejo y fascinante, propio de los insectos sociales altamente organizados. Su vida en la colmena está marcada por una estricta división en castas:

  • Reina: única hembra fértil, responsable de la puesta de huevos. Puede llegar a poner entre 1.500 y 2.000 huevos al día en temporada alta.
  • Obreras: hembras estériles encargadas de la recolección de néctar y polen, la defensa de la colmena y el cuidado de las larvas.
  • Zánganos: machos cuya función principal es fecundar a la reina durante el vuelo nupcial.

El ciclo comienza cuando la reina deposita un huevo en cada celda. Tras 3–4 días, eclosiona una larva que será alimentada intensivamente. Dependiendo de la casta, el desarrollo varía en tiempos y duración: una reina completa su desarrollo en apenas 16 días, mientras que obreras y zánganos requieren entre 21 y 24 días.

La vida media también cambia significativamente: la reina puede vivir entre 4 y 5 años, mientras que las obreras viven de 4 a 6 semanas en verano y hasta 4–6 meses en invierno. Los zánganos suelen vivir unas pocas semanas, desapareciendo cuando no son necesarios para la reproducción.

Casta Días de desarrollo (huevo → adulto) Etapas principales Vida media Función en la colmena
Reina ~16 días Huevo (3d) → Larva (5d) → Pupa (8d) 4–5 años Puesta de huevos, cohesión de la colonia mediante feromonas
Obrera ~21 días Huevo (3d) → Larva (6d) → Pupa (12d) 4–6 semanas en verano, hasta 6 meses en invierno Recolección, defensa, limpieza, cuidado de larvas y reina
Zángano ~24 días Huevo (3d) → Larva (7d) → Pupa (14d) 4–8 semanas Fecundar a la reina durante el vuelo nupcial

Hábitats y posible problemática sanitaria

La abeja de la miel (Apis mellifera) ocupa una amplia variedad de hábitats en climas templados: mosaicos agrarios con cultivos y lindes floridos, bosques mediterráneos con aromáticas (romero, tomillo, lavanda), praderas, ribazos y zonas periurbanas con jardines y arbolado. En estado silvestre anida en cavidades (troncos huecos, oquedades de roca), mientras que en contextos manejados se aloja en colmenas de apicultura. Su presencia estacional alcanza el máximo entre primavera y final de verano, cuando coinciden temperaturas suaves, floración y recursos hídricos.

Aunque las abejas no se consideran una plaga de abejas, su proximidad a personas puede generar incidencias. Enjambres temporales pueden asentarse en fachadas, aleros, persianas, cámaras de aire, armarios de persianas o árboles urbanos. El riesgo sanitario directo es bajo; sin embargo, existen situaciones de mayor sensibilidad: presencia de personas alérgicas, colegios y residencias, o zonas de tránsito reducido donde un enjambre pueda sorprender a viandantes. La gestión debe priorizar siempre la protección del insecto (traslado/recuperación del enjambre) y la seguridad de las personas, evitando el uso de biocidas no selectivos.

Entornos urbanos y edificios

En ciudad, la abeja de la miel busca cavidades cálidas y resguardadas: bajantes, huecos de contraventanas, falsos techos o patios interiores. La mayor parte de los enjambres urbanos son transitorios (horas o pocos días) mientras las exploradoras localizan un hueco idóneo. Intervenir con prisas suele ser contraproducente: es preferible señalizar, no molestar y coordinar la retirada ética con apicultores o servicios profesionales.

Recomendaciones prácticas en entorno urbano:

  • Mantén distancia y evita vibraciones o ruidos intensos.
  • No pulverices agua, insecticidas ni productos domésticos.
  • Señaliza el área y redirige el paso si es posible.
  • Contacta con un servicio profesional para rescatar y reubicar el enjambre.

Problemática sanitaria y prevención

abeja de la miel

Las picaduras de la abeja de la miel son el principal incidente, generalmente accidental y relacionado con la manipulación del nido o la compresión del insecto. En la mayoría de casos producen reacciones locales leves; el riesgo importante se concentra en personas alérgicas. A nivel preventivo, conviene reducir puntos de entrada en edificios (rejillas, juntas, huecos en carpinterías) y ordenar trasteros y falsos techos para limitar cavidades accesibles. En entornos profesionales (colegios, empresas, comunidades) es útil un protocolo de actuación con teléfonos de emergencia y un proveedor especializado para la retirada y traslado.

Buenas prácticas preventivas:

  • Plan de respuesta con contactos de apicultores/técnicos para traslados rápidos y seguros.
  • Sellado estacional de grietas y huecos (final de invierno).
  • Mantenimiento de cubiertas y bajantes para evitar cavidades.
  • Gestión del agua (goteos, bebederos abiertos) que pueda atraer abejas en verano.

Ansiedad y miedo a las abejas: contexto y realidad

El miedo a las abejas, conocido como apifobia, es relativamente común en la población general. Su origen suele estar en experiencias negativas, como una picadura en la infancia, o en la percepción de la abeja de la miel como insectos agresivos. En la realidad, la abeja de la miel (Apis mellifera) es un insecto tranquilo y no ofensivo, que únicamente pica en situaciones de defensa directa de la colmena o cuando se siente aplastada o amenazada. Diversos estudios en psicología ambiental señalan que el desconocimiento sobre su comportamiento aumenta la ansiedad, mientras que la educación y la sensibilización ayudan a reducir miedos injustificados.

A nivel sanitario, la mayoría de picaduras generan solo reacciones locales leves (dolor, enrojecimiento, inflamación). El riesgo real se concentra en personas con alergia al veneno de himenópteros, que representan alrededor de un 2–3% de la población europea (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, SEAIC). Para el resto, las probabilidades de sufrir un accidente grave son muy bajas, incluso en presencia de enjambres. Entender esta realidad es clave para normalizar la convivencia con las abejas, reducir la ansiedad y reforzar la importancia de proteger a estos polinizadores esenciales.

Peligro de extinción y consecuencias medioambientales

En las últimas décadas, la abeja de la miel ha sufrido un preocupante descenso de poblaciones en distintos países de Europa y el mundo. Este fenómeno, conocido como síndrome de despoblamiento de colmenas, se asocia a múltiples factores: uso de plaguicidas neurotóxicos (como los neonicotinoides), la expansión del parásito Varroa destructor, enfermedades víricas, pérdida de hábitats florales, efectos del cambio climático y prácticas agrícolas intensivas. Según datos de la FAO y la Comisión Europea, en algunas regiones se ha registrado una disminución de colonias de hasta el 30% anual en determinados periodos, lo que plantea una seria amenaza tanto para la apicultura como para la seguridad alimentaria.

Las consecuencias medioambientales de la desaparición de las abejas son enormes. Se estima que alrededor de tres cuartas partes de los cultivos alimentarios dependen en algún grado de la polinización, y que la abeja de la miel es uno de los principales agentes responsables. Sin su actividad, los ecosistemas perderían biodiversidad, los cultivos frutales y hortícolas verían drásticamente reducidas sus producciones y se incrementaría la dependencia de la polinización artificial, con costes económicos y ecológicos muy elevados. Por ello, organismos internacionales, científicos y asociaciones apícolas coinciden en la necesidad de proteger a las abejas como un pilar fundamental para la sostenibilidad ambiental y la salud del planeta.

Relación con la avispa asiática

abeja de la miel vs avispa asiática

Uno de los principales retos para la abeja de la miel (Apis mellifera) en España y en gran parte de Europa es la expansión de la avispa asiática (Vespa velutina), una especie invasora llegada desde Asia a principios de los años 2000. Esta avispa se ha convertido en un depredador directo de las abejas, ya que caza a las obreras en pleno vuelo o a la entrada de las colmenas, debilitando a la colonia al reducir su número de recolectoras. Según informes del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), la avispa asiática se ha expandido rápidamente por la cornisa cantábrica, Cataluña y otras regiones, causando daños significativos en la apicultura.

El impacto no es únicamente económico, sino también ecológico.

Al diezmar a las abejas melíferas, la avispa asiática afecta a la polinización local y agrava la crisis de biodiversidad ya existente. A diferencia de la abeja de la miel, no tiene un depredador natural suficientemente eficaz en Europa, lo que facilita su expansión. El control de esta especie requiere programas coordinados de monitoreo y captura selectiva, así como la colaboración entre administraciones, apicultores y científicos. Proteger a las abejas frente a esta amenaza se ha convertido en una prioridad para garantizar la resiliencia de los ecosistemas y la continuidad de los servicios de polinización.

Calendario de afectación de plaga de abejas

En general los meses en los que la abeja de la miel tiene mayor presencia y puede llegar a presenta una problemática, acostumbran a ser los comprendidos entre la primavera y finales de otoño. Su aparición dependerá en mayor o menor medida de factores como las temperaturas y las lluvias de ese año pero básicamente podríamos resumirlo en el siguiente calendario de afectación:

Indicador Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Afectación Baja Baja Media Alta Alta Muy alta Muy alta Muy alta Alta Media Baja Baja
*Estacionalidad típica en Cataluña; puede variar según microclima y entorno.

Como podemos observar, los meses de verano son en los que es más frecuente encontrar presencia de abejas.

Tabla de características e información técnica de las abejas.


Ficha técnica: Abeja de la miel (Apis mellifera)
Parámetro Detalle
Identificación morfológica
Nombre común Abeja de la miel
Nombre científico Apis mellifera
Castas Reina (hembra fértil), obreras (hembras estériles) y zánganos (machos).
Tamaño Obrera 12–15 mm; zángano 15–17 mm; reina 18–22 mm.
Color Pardo a negro con bandas amarillas/doradas; cuerpo cubierto de pelos (setas) finos.
Alas / vuelo Dos pares de alas membranosas; vuelo diurno. Vuelan con eficacia a partir de ~12–14 °C (óptimo de forrajeo 16–30 °C).
Marcas distintivas “Cestas de polen” (corbículas) en patas posteriores; lengua larga para libar néctar; aguijón barbado en obreras (la reina lo tiene liso).
Dimorfismo Reina más grande y abdomen alargado; zángano con ojos muy desarrollados y sin aguijón; obrera más pequeña y con corbículas visibles.
Biología y ciclo
Longevidad Obrera: 4–6 semanas en verano y hasta 4–6 meses en invierno; zángano: 4–8 semanas; reina: 2–5 años (frecuente ~3).
Reproducción Una reina fecundada puede poner 1.000–2.000 huevos/día en pico. Huevos fecundados → hembras (obreras o reina); no fecundados → zánganos (haploides).
Desarrollo Huevo ~3 días → larva ~6 días → pupa ~12 días. Duración total: obrera ~21 días; reina ~16 días; zángano ~24 días.
Enjambrazón Principalmente primavera–inicio de verano: parte de la colonia sale con una reina para fundar un nuevo nido.
Termorregulación Mantienen la cría a ~34–35 °C mediante ventilación y agrupamiento (“cluster”).
Ecología y comportamiento
Actividad Diurna; mayor actividad en días templados y soleados. Comunicación mediante “baile del meneo” y feromonas.
Hábitat preferido Cavidades protegidas: huecos de muros, falsos techos, persianas, chimeneas, árboles huecos y colmenas domésticas.
Radio de forrajeo Típico 2–3 km (puede superar 5 km según recursos y condiciones).
Alimentación Néctar (carbohidratos), polen (proteínas/lípidos), agua, miel y propóleos. Alta afinidad por flores abundantes y fuentes de agua.
Impacto, riesgos y manejo
Beneficio ecológico Polinizador clave en ecosistemas y agricultura.
Riesgos Picaduras dolorosas; riesgo real en personas alérgicas (pequeño porcentaje de la población). En edificaciones pueden ocasionar goteos de miel, manchas, obstrucciones y atraer otros insectos.
Señales de presencia Tránsito intenso de abejas entrando/saliendo por una fisura, zumbido constante, panales o cera visibles al abrir registros, goteo de miel.
Control recomendado Siempre que sea posible, priorizar retirada y reubicación por apicultor autorizado. Sellado de huecos (fuera de temporada), mallas y gestión de atrayentes. Intervención profesional ante enjambres o colonias establecidas en edificios.
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